La VIVENCIA en Biodanza

Vivencia es "una experiencia vivida con gran intensidad por un individuo en un lapso de tiempo aquí-ahora, abarcando las funciones emocionales, cenestésicas y orgánicas."
(Rolando Toro, 1968).
El primero que investigó el sentido de las vivencias fue Wilhelm Dilthey (1833-1911):
«Este es el hecho continuo que subyace a la autoconciencia; sin mundo no tendríamos autoconciencia, y sin autoconciencia no habría un mundo para nosotros. Lo que se consuma en este acto de tangencia, por decirlo así, es la vida: no un proceso teórico, sino lo que designamos con la expresión «vivencia», presión y contrapresión, posición frente a las cosas que a su vez son también posición, poder vivo en nosotros y a nuestro alrededor que se experimenta y está constantemente ahí en el placer y el dolor, en el miedo y la esperanza, en la aflicción por aquello que pesa insuperablemente sobre nosotros, en la dicha por aquello que estando fuera del yo se le ha entregado como propio: no un espectador, el Yo, que se sienta ante el escenario del mundo y que experimenta prepotentemente la misma facticidad, con independencia de que en dicho escenario actúen reyes o bufones y patanes, sino acción y reacción. Por ello ningún filósofo ha convencido nunca a los que en él se hallan de que todo aquello es representación, escenario, y no realidad» (Crítica de la razón histórica).
La importancia del concepto de vivencia es definitiva en la teoría de Biodanza de Rolando Toro, quien definió sus características esenciales y propuso un método preciso para provocar "vivencias integrativas" capaces de expresar la identidad, modificar el estilo de vida y restablecer el orden biológico. En Biodanza se utiliza el "relato de vivencias" para tener acceso al conocimiento fenomenológico de éstas.
En las sesiones se facilita la inducción de vivencias integradoras de alegría, paz, ternura, ímpetu vital, entusiasmo, transcendencia, etc... Las vivencias integradoras tienen un efecto armonizador en sí mismas, no es necesario elaborarlas al nivel de la conciencia. Por lo tanto, en Biodanza no elaboramos, interpretamos ni racionalizamos las vivencias. La inteligencia conceptual no es el instrumento adecuado para "elaborar" las vivencias. Las vivencias se elaboran en los órganos, en las glándulas endocrinas y en los neurotransmisores. La conciencia tiene el papel de registrar y resolver los problemas en el mundo externo, mientras que las conmovedoras sensaciones que surgen de las vivencias tienen que asumirse, no interpretarse. En la vivencia no hay conflicto, el conflicto surge entre la conciencia y el mundo externo.
Las vivencias generan una sensación global de "sentirse vivo", evocan la intensa percepción de ser uno mismo. Más de un siglo de experiencias psicoterapéuticas ha demostrado que hacer conscientes los conflictos inconscientes no es suficiente para modificar los comportamientos. Son las vivencias las que inducen efectos modificadores profundos.

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